Una nueva noche fría en el barrio, los tranzas se llenan los bolsillos. Las calles son nuestras, aunque el tiempo diga lo contrario. Y los sueños no soñados, ya se amargan la garganta y se callan. Y eso, casi siempre (o siempre), les encanta.
Solo, como un pájaro que vuela en la noche(libre de vos...pero no de mí).
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